Se trata de un enterramiento funerario situad a la orilla del Embalse de los Bermejales. Tuvo que ser desplazado de su ubicación original a la actual, reconstruido piedra a piedra para evitar que fuera sepultado bajo el agua del embalse.
En su interior se encontraron restos óseos muy deteriorados e hidratados pero también muy escasos como para determinar el número u otros detalles de las inhumaciones contenidas en él. También se encontraron en su interior algunos fragmentos de cerámica, destruidos y erosionados, pero también escasos en su número. Esta necrópolis pone de manifiesto su uso desde finales de la Edad de Cobre hasta principios del Bronce.