La Ermita de San Torcuato, lugar conocido como Face Retama, convertida en Santuario Diocesano en honor del Patrón San Torcuato, es un lugar sagrado vinculado a la tradición del martirio del primer obispo de Europa (siglo I d.C.) y patrón de Guadix. Según la leyenda, aquí descansaron sus restos antes de ser trasladados al siglo X a Celanova, Galicia, extendiendo su veneración por el Norte Peninsular.
Se van a habilitar visitas guiadas, aunque por el momento no estén disponibles.